Desde que era un niño, mi abuelo notó en mí cualidades fuera de lo común. Por ello, me tomó bajo su cuidado y me proporcionó una educación religiosa y centrada en el campo de lo esotérico.
Soy un gran Vidente en Barcelona
También fue mi abuelo el que tomó la importante decisión de iniciarme dentro de la hermanda morabita más importante de toda África. En aquel momento, yo tenía solo 19 años.
Mi escasa edad en aquella época hizo que tuviese que hacer frente a innumerables desafíos dentro de la hermandad. Sin embargo, mi abuelo, consciente de la fortaleza de mi carácter y de los dones que poseía, me ayudó a alcanzar mis metas. Todo ello, a sabiendas de los importantes sacrificios que requerían.
A pesar de ello, no fue hasta 1989, después de muchos intentos fallidos y justo antes de morir, cuando mi abuelo me enseñó la ciencia de los cuadrados mágicos (Al-asrar).